Nota: El blog se reabre antes de lo esperado. Echaba de menos mi vida semificticia, me divierte mucho más que la real. Disfrutad de la siguiente anécdota.
Gárgola, París por Emiliano Rodríguez
Un domingo de agosto, París, apartamento de 14 m2, en el Barrio Latino. Por la noche el sofá-cama bloquea la puerta del baño, así que sólo puedo mear durante el día. Qué bohemio.
Necesito un café. Un café y cerrar la ventana.
Justificar mi estancia en París es complicado. Digamos que el odio me trajo hasta aquí. Un profesor de Creación Literaria, con camisa hawaiana, me confirmaba en Madrid, a finales de junio, que había suspendido el máster, no estás preparada, me dijo. No sabes introducir los diálogos ni distinguir la trama del argumento. Tenía dos opciones: conseguir un Ruger Alaskan y volarle los sesos al tipo que le había vendido semejante camisa o encontrar, en alguna parte del mundo, a una persona que me instruyera con mayor masa cerebral. Et voilà!, seis horas diarias de clase en la Sorbona, durante mes y medio, es el resultado de mi opción b.
Aterrizar en París supondría una terapia de choque en su estado puro, y mi psicoanalista de vacaciones. Recordar a mi ex francés de hace cuatro años, el fondue de chocolat de los sábados por la mañana, las cervecitas en Marais, los paseos en vélo, los apéritifs super sympa en el canal de Saint Martin, la música de… ¡¡¿Es que los psicólogos no temen que sus pacientes se tiren por la ventana en agosto?!! Hombre…, yo por la ventana no, pero quizá al Sena sí. Es más romántico, colorea un titular: “Joven escritora se tira al Sena desde el puente del Alma, atormentada por sus recuerdos, mientras su psicólogo, despreocupado, pescaba truchas en lo alto del Miño”.
La cuestión es que no había ideado una opción c, siempre se me olvida diseñar las salidas de emergencia. Así que, sin más alternativa, monté en ese avión de Air France.
Disgustada, bebo mi primer trago de café del día. Siento dilatarse los vasos sanguíneos de mi cerebro, sonrío, cierro los ojos e inspiro con los labios apretados. Un segundo sorbo y la vida es maravillosa. Con el tercero llega el orgasmo. Me dejo caer en el sofá y escucho a Alex Gopher atrapado en mi portátil. Notre-Dame anuncia las 12. Dejo la ventana abierta, porque sí, me gusta ver la Sorbona desde aquí, desde mi sofá. Y reconozco que desde esta posición, desde el epicentro de mi microcosmos, admiro un París transformado, diferente al de hace 4 años, un París no compartido, sólo mío, un París por descubrir, del que pienso enamorarme y dejar que saque lo mejor de mí, con absoluto delirio para que...
¡Un momento! Miro mi taza y me río, ¿por qué nadie me había hablado nunca de las propiedades psicotrópicas del café francés…?
6 comentarios:
Bienvenida!! Se te puede decir eso en tu blog?? :) A lo que voy es que me alegro de que hayas adelantado la vuelta, que está genial que redescubras una ciudad tú sola y con respecto al de la camisilla hawaiana... podemos hacer que parezca un accidente ;P
Ayyyy, Elvira que buena sorpresa!!! me encanta que te encante tu vida ficticia, a mi tambien me encanta. Besazo
No, no creo que se trate de las propiedades psicotrópicas del café francés. Creo que el fenómeno se produce al mirar la Sorbona y sorber café simultáneamente...el efecto "sor" :)
Me encanta conocerte en este espacio también, amiga. Un abrazo muy grande desde Mar del Tuyú (330Km al sur de Buenos Aires y a orillas del Atlántico)
..y biquiños también!
Elvi!!!
Qué bueno que has vuelto! Super amusant comme d'habitude...
Sí, chicas, he vuelto!! el parón era para casi tres meses, pero no he aguantado ni uno. He de reconocer que me divierte muchísimo el blog, así que a por más historias parisinas...!!
besos a las tres!!
(Merciiii, Monis!!)
Roberto, creo sinceramente que tu teoria "sor" ha salido bajo los efectos de alguna sustancia, aunque no sé si llamarla psicotrópica ;-)
Gracias por pasarte por el blog y bienvenido! ah, y decirte que en tu pequeño rincón "País de vientos" me ha estremecido. Un beso.
Desde otro ático muy "especial" :P nos alegramos mucho de tu prematura vuelta!
Besoooos!
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