16 ene 2012

Somebody to love


Gael se reía como un loco, mientras me adoraba con los brazos en alto como si fuera una Diosa.
Estábamos en la cafetería de la segunda planta del Mercado de San Antón, en Chueca, con dos cafés y una porción de pastel de zanahoria para compartir.
―¡Cuéntamelo otra vez, porfa!  ―me suplicaba Gael escandalosamente. Las dos mujeres de la mesa de atrás nos miraban ocultando la risa.
―¡Te lo he contado ya dos veces, pesado!
―¡Bueno, pues que sean tres!
Pues que sean tres…

Lo cierto es que la vuelta a Madrid había sido algo movida.
Para mi sorpresa, las Navidades en Bilbao fueron geniales. Las dos semanas en casa de mis padres transcurrieron tranquilas, sin un solo grito, creo que los tres nos estamos haciendo mayores. Incluso un día me animé a salir con mi madre de vinos, bueno, ella de mostos, porque si no se pone piripi. Terminamos en El Globo repasando toda la filmografía de Woody Allen, tronchadas de la risa recordando la escena del ascensor en Asesinato en Manhattan, el Harry desenfocado en Desmontando a Harry o los consejos de Bogart en Sueños de un seductor. Y mis amigas cada día más casadas y más embarazadas, pero Marieta y Blanquita seguían ahí, al pie del cañón, así que cayeron un par de noches épicas. Comí y bebí tanto que, el último día, la báscula marcó 4 kilos de más, digo de más porque míos no eran, los había tomado prestados, devolverlos sería cuestión de días. Así que, con un par de semanas tan halagüeñas a mis espaldas, llegué a Madrid dispuesta a darle una oportunidad a mi vida social.
Llamé a Gael, estoy aquí, acabo de llegar. Genial, cari, pues salimos. Avisó a dos amigos y así los cuatro, a media noche, nos estábamos bebiendo Huertas. Lo vi apoyado en la barra, hablaba con tres tíos más. Bebía una Voll-Damm. Era moreno, no muy alto, tronchito, como digo yo, de los de culo bajo, pero tenía una sonrisa espectacular, quizá demasiado diente, pero espectacular igualmente. Gael me dijo que tenía cierto aire a Juanes. Ladeé la cabeza, como si ese ángulo me lo fuera a confirmar. Gracias al estratégico plan que Gael y sus amigos me habían organizado, hora y media después, el tronchito me besaba verticalmente junto a la puerta del bar, y tres horas más tarde, como diría Marieta, lo haría horizontalmente en su cama.
Bueno, qué decir. No mucho, la verdad. Momentos como aquel, mirando al techo, era cuando me cagaba profundamente en Etienne, sí, mi ex francés. Porque el muy cabrón puso el listón demasiado alto. Creo que  eso debería estar penalizado. Se declara a Etienne Guyot culpable por los cargos de infidelidad, humillación y desprecio, por lo tanto deberá pagar con satisfacción sexual a la demandante siempre y cuando ésta lo solicite, hasta el fin de sus días. ¡Bravo!
―¿Te gusta Queen?
―¿Qué…? ―pregunté sacudiéndome a Etienne de la cabeza.
Queen, el grupo ―Y de un salto salió de la cama y encendió los altavoces de su ordenador. Empezó a sonar Don’t stop me now.
El tronchito recibió la música con los brazos en alto, la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, hasta que la canción empezó a coger ritmo, entonces se giró hacia a mí y, señalándome con un dedo, empezó su juego de caderas mientras articulaba en playback:
―Don’t stop me, don’t stop me, don’t stop me, hey, hey, hey, don’t stop me, don’t stop me, don’t stop me, uuh, uuh, uuh, I like it! Have a good time, good time…
¡Madre de Dios! ¡Juanes no, me había tirado al mismísimo Freddie Mercury! De un brinco saltó de nuevo a la cama y, frente a mí, seguía haciendo aspavientos. Qué decir, que el chaval estaba en pelotas, vamos, que tenía sus dos cerebritos colgaderos revoloteando sobre mí. Y yo que creía que lo había visto todo…
La canción terminó. Amén. Empezó Another one bites the dust. Joder. Esta vez, la escenografía la hizo arrodillado. Y era tal el ímpetu a la hora de menearse de atrás hacia adelante, que como siguiera así me iba a sacar un ojo.
―Ey, tía, ¿no te gusta bailar? ―me preguntó con su pletórica sonrisa.
―No, no, estoy bien aquí, así… sin moverme, baila tú, baila tú ―contesté con mi pletórica diplomacia.
Después Crazy little thing called love, y luego Fat bottomed girls, y Who wants to live forever, y Killer Queen, y I want to break free, que, cogiendo una raqueta de la estantería, comenzó a hacer como si estuviera pasando la aspiradora. Me miró y lo sonreí desencajada. Aquello me iba a costar sesión doble con mi psicoanalista. Y por fin, al termino de Bohemian Rhapsody, apagó el ordenador y me preguntó, como si nada hubiera ocurrido en la última media hora, si quería desayunar.
―Sí, creo que necesito un café… ―respondí todavía en estado de shock.
Justo cuando me estaba levantando, sonó el portero automático y escuché decir al tronchito, que sí, que claro, que subieran, que no había problema. ¿QUÉ?
El tronchito apareció de nuevo en la habitación. Que son estos, me dijo. ¿Qué estos?, pregunté. Mis amigos, los que estaban en el bar, que traen cruasanes. Y antes de que pudiera encontrar las bragas, tenía a Brian May, Roger Taylor y John Deacon sentados en la cama, ofreciéndome un cruasán.
―No gracias… ―dije. Y tapándome con la sábana y la poca dignidad que me quedaba, me incliné hacia uno de los lados de la cama para buscar mi ropa cuando sucedió…

―¡Te tiraste un pedo, tía! ―gritó Gael descojonándose de la risa.
―¡Se me escapó!, ¿vale? La tensión me da gases...
―¡Qué par de frikis! ¡El uno cantando y la otra haciéndole los coros!
Me reí, aquello tenía su gracia, y le dije que no sabía lo mejor:
―Al salir de allí, me estaban haciendo la ola en el balcón berreando la de Radio Ga Ga.
Las dos mujeres de detrás no paraban de mirarnos, porque Gael estaba, literalmente, descompuesto sobre la mesa.
―Ay, cari ―empezó diciendo recobrando un poquito el aliento―, lo que nos vamos a reír en este 2012, ¡lo veo, lo veo, lo veo!
Pues sí, The show must go on.

8 comentarios:

Mai dijo...

Jajajaja, q tia!!! Genial. Voy en el metro y la gente me mira preguntandose qué se puede leer un lunes a estas horas q tenga tanta gracia!! Por supuesto yo les estoy dando la direccion de tu blog!!! Besazo

Miss Hurry dijo...

Seguro que éste es un buen año! has empezado dejando recuerdos imborrables! :D

Monis dijo...

¡Qué bueno, qué bueno, qué bueno! Lo que me me he podido reir, yogu. Definitivamente, eres lo más para describir escenas.
Un besazooooooo!

Itsaso dijo...

jajajajaja!!!! ai prima, que me meo de la risa!!! Me has alegrado este lunes tan gris y acatarrado...
Feliz año por cierto!!!

Mizú dijo...

Como si lo estuviera viendo! jajjja... buenisimo! se te echaba de menos! ;)

Franchu dijo...

Qué jarton de reír! jajaja Tal y como escribes es muy fàcil verse en la situación...jejeje

No entiendo porque no te presentaste a los premios 20 blogs en la categoría de humor... jejeje
Aunque mejor para mí, estoy en la sección de humor y competir contigo hubiese sido duro, jeje

Si quieres ver mi blog:

http://lablogoteca.20minutos.es/cargols-25668/0/

Una Foto En Blanco Y Negro dijo...

Me ha encantado tu blog, tienes una nueva seguidora desde:

http://sonriescontagioso.blogspot.com/

Mariela Parma dijo...

Buen blog, te hace reír y llorar en un mismo cuento.Super!!! Te invito a conocer mi blog, participa en solidario en la blogoteca. Y si te parece que merece un voto, desde ya muy agradecida!!! Ya faltan días nada más para poder votar!! Hasta el 3/2/12.