El gran Mini Rey de Javier Avi
Me cuenta mi amiga que
su hijo de cinco años quiere ser rey. Y su padre le dice que ésa es una casa de
republicanos. Mi amiga le ha hecho una corona con papel de aluminio y una capa
con una toalla roída de color azul verdoso porque le gusta Calamardo. Le
pregunté quién era Calamardo y ella se rió.
Cuando entré en su casa,
su hijo me apuntó con el filo de una espada de cartulina negra.
—¡Nombre y apellido!
Levanté las manos y lo
pensé un instante.
—Eh… Elvira Rebollo.
—No, mujer, ¡qué sosa! —dijo
mi amiga—. Tienes que decir algo más grandilocuente. A ver, cariño,
pregúntamelo a mí.
—¡Nombre y apellido! —gritó
esta vez apuntando a su madre.
—Doña Saioa Rivobella,
esposa de Don Julen Tierrasantas del reino de Barakaldo Vizcainés.
—Vale, puedes pasar,
ama. Pero ¡tú no! ¡Nombre y apellido!
—Doña Elvira
Cantalapiedra, soltera, del reino de Madridés.
—Joder, tía, anda pasa.
Quién diría que eres escritora, madre mía, qué poco arte…
Nos sentamos en la mesa
de la cocina. Mi amiga preparaba café y su hijo me miraba cerrándose primero un ojo con una mano, y luego el otro con la otra. Yo iba poniendo caretos
diferentes y él se reía.
—¡Con este ojo eres
súper fea! —decía muerto de la risa.
—Y con el otro también,
cariño —puntualizaba su madre frente a la encimera.
—A ver, cuéntame, ¿por
qué quieres ser rey? —pregunté.
—Para salvar a todos los
de los mundos.
—¿A todos los de los mundos? —repetí—. Pues chico, me temo que te has
equivocado. Esos son los héroes no los reyes.
—Los reyes también… —dijo
más bajito ladeando la cabeza.
—No.
—Sí…
—No.
—Ama, ¡a que sí!
—A que sí, ¿qué?
—Que los reyes pueden
salvar a todos los de los mundos y más y más y más…
Pero mi amiga salía de
la cocina sin apenas escucharlo. Así que su hijo se me quedó mirando con poca
confianza.
—Sí…
—¿A cuántos reyes
conoces?
—De por la tele, a
muchos.
—¿Y cómo son? —El niño
levantó los hombros—. Los reyes son seres malignos, con la lengua tan gorda,
tan gorda, tan gorda que casi no les entra en la boca y por eso hablan como si
masticaran siempre una pelota. Y tienen un pie más grande que otro por eso
andan como los hipopótamos. Y se van con mujeres que son rubias y guapas por
fuera, pero brujas por dentro. Y roban a las personas pobres para poder irse de
viaje lejos, lejos, pero que muy lejos, y ¿sabes para qué? —Silencio—. Para matar
elefantes…
—¡Elvira! —Mi amiga ya
estaba de vuelta.
—Ha preguntado él —contesté
rebotando la responsabilidad.
—Ama, yo ya no quiero
ser rey…
—¿Cómo que no?, pero si
eres un rey súper genial con tu corona y tu capa...
—Superman tiene capa,
la podéis reciclar.
—Elvi, ¡¿por qué no te
callas?!
—¡Ostras! —grité, y a
las dos nos dio un ataque de risa. Su hijo nos miraba asustado mientras
intentaba desanudarse la capa del cuello.
—¿Qué pasa aquí? —En la
puerta apareció el marido de mi amiga.
—Tu hijo, que acaba de
abdicar.
—¡Muy bien, campeón! ¡Esta
es una casa de republicanos!
5 comentarios:
Los niños y sus ocurrencias, ¡son geniales! (para un ratillo ;p)
El dibujo muy bueno, como siempre :D.
Ja,ja,ja! GENIAL!!!
Genial Elvi, y "a por la tercera" Musuak, Glori
Gracias, Miss Hurry, por acordarte siempre del dibujante, ¡que es la mitad de este blog!
¡Besito!
¡¡Glori, a por la tercera de cabeza!! ;-) ¡Un besazo!
¿Javier Avi? ¿y tú a mí de qué me suenas...? ¡Mmmmuaa!
Jajaj, qué gracioso. A ver si escribes más amenudo, que cada vez que leo algo tuyo me alegras el día. Bueno, tal vez tanto no, pero reirme un rato y evadirme un poco del mundo, sí.
Un saludo!
Y sí, estoy de acuerdo con Miss Hurry, los dibujos son superbuenos!
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