13 sept 2013

Vigilia

  Creepy de Javier Avi

Me di la vuelta en la cama, y me apreté contra la espalda de Joan.
Otra vez está aquí —susurré sin despegar los labios de su cuello.
No está. Estás dormida —contestó.
No lo estoy, estamos hablando.
No lo estamos, estamos dormidos. Duerme.
Mi psicólogo me abrió la puerta de la consulta con su semblante templado. Me preguntó por la semana, le dije que bien, al igual que él lo hizo cuando le pregunté por la suya.
¿Una mujer? —preguntó, casi veinte minutos después de que hubiera empezado a relatarlo.
Sí —respondí—. Joan dice que duermo.
¿Y tú crees que estás dormida?
No lo sé.
La ves. La ves claramente junto a tu cama.
Sí.
¿Habla contigo?
No.
¿Qué hace exactamente?
Me mira. Me mira directamente, sin moverse, sólo me mira.
¿Qué haces tú?
La miro también. Paralizada. Muerta de miedo.
Pánico... —dijo. Respiró profundamente y apoyó las manos entrelazadas debajo de su barbilla—. El sueño es complejo. Hay algo denominado parálisis del sueño que puede producir...
Lo sé. Lo he leído. Alucinaciones entre la vigilia y el sueño.
Asintió y con calma extendió las manos sobre el reposabrazos de sus sillón.
¿Crees que a esa mujer la hayas podido ver sentada en el metro? —No respondí, él tardó unos minutos en hacerme la segunda pregunta—. ¿Es posible que la hayas visto sentada en un banco de una plaza, un parque o quizá sentada en una cafetería? ¿Crees que es posible?
Sentada... —dije agachando la cabeza, luego la levanté y respondí—: Es posible.
Esa noche no era especialmente calurosa. Atraje hacia mí la sábana y me tapé. Abrí los ojos y la vi. Junto a la cama. Una cama sin somier, al ras del suelo. Y la mujer estaba allí, como siempre, mirándome, arrodillada frente a mí.

2 comentarios:

Sofía Serra dijo...

Me ha impresionado.
Y menudo cambio de registro...eres tan buen en uno como en otro.

Elvira Rebollo dijo...

Gracias, Sofía, la verdad es que antes me encantaba escribir relatos de miedo, creo que no es mala idea retomarlos y experimenta ;-)