Fallen Princesses. Snowy de Dina Goldstein
Creo
que el mayor error en el amor es intentar meter la estrella en el agujero del
cuadrado. O lo que es lo mismo, besar compulsivamente a sapos creyendo que te
harán princesa, y no al revés.
Lunes
―¿Salva?
Soy yo, Elvi, oye que te llamo por si te apetece hacer algo después, no sé, ¿un
cine?
―Guapa,
es que no te lo vas a creer, ¿oyes eso?
―¿Los
martillazos?, sí.
―Pues
que tengo a los fontaneros en casa, que me cortaron el agua y no puedo salir,
porque llevo desde el viernes sin ducharme.
Martes
En
una terraza de la madrileña Plaza de Santa Ana.
―Me
alegro de que Almudena nos presentara, ¿no? Ella ya me lo dijo, mira, Enrique,
que con Elvira seguro que encajas. Y como que sí, me gustas. ¿Piensas en pareja
estable?
―Mmm…,
bueno, pues no lo sé.
―¿Hijos?,
¿quieres tener hijos?
―No
sé, tampoco sé…
―Ya.
Deberías pensarlo, a tu edad no te queda mucho tiempo.
Miércoles
Lucas
es creativo, trabaja en una agencia de publicidad. Inteligente, con sentido del
humor y muy tierno. Tiene un perro, Jerry, un bóxer. Siempre he pensado que los
hombres con un bóxer son infinitamente sensibles. Y es que Lucas lo es. Lo
sientes como un niño grande, pura dulzura, inocencia.
A
las 00:40 me manda un whatsApp.
―Niña,
¿duermes?
―No,
amodorrada en el sofá.
―Igual
que yo. Bueno, viendo la tele. Canal Natura. Documentales de monos. ¿Qué llevas
puesto?
Jueves
Restaurante
Devil, Malasaña. Estoy a punto de
entrar en el baño cuando Daniel me coge del brazo.
―Elvi,
estoy que me subo por las paredes… ―Me muerde la boca―. Te echo de menos.
Termino
de mear y vuelvo a la mesa con mis amigos, Daniel ya está allí. Elena me mira y
sonríe con lástima.
―Elvira,
debes arreglarte un poco más. Con tus chancletas y tus camisetas descoloridas,
no vas a ninguna parte. Hombre, entiendo que estar sola no debe ser fácil…
―No,
no lo es, pero tu marido me está ayudando mucho. ¿Me pasas el pan?
Viernes
En
mi casa, las tres de la mañana. Me estoy tirando a Darío, el gaditano del curso
de sumiller.
―Quilla… dime algo en vasco, oh…
―¿Euskera?
―Oh,
sí, más…
―Indabak,
pitilingorri, intsumisioa, kalera, piperrak, garagardo, Otegi…
Sábado
En
el teatro Galileo. La función de 8.30 de la tarde se acaba de terminar. Me
llevo al pecho el panfleto de La Gaviota.
Rubén Ochandiano ha hecho una extraordinaria versión. Aplaudo ensimismada a Toni
Acosta, interpretación sublime. Me tapo la boca y cierro los ojos, estoy
emocionada. Cuánta hermosura. Estiro mi brazo y agarro la mano de Alejandro. Lo
miro mordiéndome los labios.
―Joder, tía, qué coñazo… ¡Hala, vamos a echar unas cañas a ver si me despejo! La madre
que parió al puto Chéjov de mis cojones…
Domingo
Y
dio por concluida Dios, en el séptimo día, la labor que había hecho.
Estiro
las piernas y las coloco sobre la silla de enfrente. Estoy sola, sentada en la terraza de Casa Puebla, en la Plaza Olavide. Es mediodía
y el sol de junio pega con fuerza. El camarero se acerca y deja sobre la mesa
el café y la barrita de pan con aceite y tomate.
―Aquí
lo tienes, princesa.
―¿Princesa?
Princesa caída, querrás decir.
Me
mira y sonríe:
―Princesa
a fin de cuentas.
7 comentarios:
Sigo las peripecias de Elvira, y en esta me siento un tanto identificada, aunque yo tengo al sapito en casa desde hace tiempo, besé muchos príncipes hasta dar con el, un abrazo, feliz lunes.
Caída, caída... mujer, tampoco es eso. Princesa en pleno proceso de selección, nada más XD.
Jota,cuantísimo tiempo! cómo me alegra verte por aquí. Y sí, seguiremos besando... ;-) Mua!
Anchoa, completamente de acuerdo, me quedo con el mensaje final "Princesa a fin de cuentas". Beso!
Elvira, hay demasiadas princesas para tan pocos príncipes!!!!!! Y cuando les besas se vuelven otra vez sapos!!!!
Me he tronchado con las palabras que te han salido en euskera!!
Oso ona printzesa!!
musus
Mintxu
Genial tus escritos Feliz de haberte encontrado
Me ha encantado ver lo buena escritora que eres
un abrazo desde mi otro blog
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